Cuando el destino
          nos alcance
          
          
        
         
        
        
        Una distopía o antiutopía es
        una sociedad ficticia indeseable en sí misma. Esta
        sociedad distópica suele ser introducida mediante una novela, ensayo, cómic, serie televisiva o cine.
        
        
        El
        concepto de "distopía" proviene de la cultura anglosajona. En
        cuanto a su etimología, el término se acuñó a partir de los términos
        del griego antiguo δυσ- (dis) "malo" y
        τόπος (tópos) "lugar, paisaje,
        escena". De acuerdo con el Oxford English Dictionary,
        el término fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill,
        quien también empleaba el sinónimo creado por Bentham cacotopía, del adjetivo
        κακό (kakó) "mal" y
        τόπος.
        
        
        Ambos
        términos se basaron en el término utopía acuñado
        por Tomás
        Moro procedente
        de ευ- (ef) "buen" y
        τόπος, significando
        'buen lugar', un lugar imaginario, no existente donde habita una
        sociedad idealizada.
        
        
        Distopía
        o cacotopía son términos antónimos de utopía significando
        una 'utopía negativa', donde la realidad transcurre en términos antitéticos a
        los de una sociedad ideal, representando una sociedad hipotética
        indeseable.
        
        
        La
        mayor parte de las distopías describen sociedades que son consecuencia
        de tendencias sociales actuales y que llevan a situaciones totalmente
        indeseables. Surgen como obras de advertencia, o como sátiras, que muestran
        las tendencias actuales extrapoladas en finales apocalípticos.
        
        
        Las
        distopías guardan mucha relación con la época y el contexto socio-político
        en que se conciben. Por ejemplo, algunas distopías de la primera mitad
        del siglo
        XX o a mediados de siglo advertían
        de los peligros del socialismo de Estado,
        de la mediocridad
        generalizada, del control
        social, de la evolución de las democracias liberales hacia sociedades totalitarias,
        del consumismo y
        el aislamiento.
        
        
        Nosotros de Yevgueni Zamiatin,
        Señor del Mundo de Robert
        Hugh Benson, 1984 de
        George
        Orwell, Mercaderes
        del espacio de Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth, Un mundo feliz de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.
        
        
        Otras
        obras más recientes son obras de ciencia ficción ambientadas
        en un futuro cercano
        y etiquetadas como ciberpunk, que
        utilizan una ambientación distópica en que el mundo se encuentra
        coercitivamente dominado por las grandes
        transnacionales capitalistas con
        altos grados de sofisticación tecnológica y carácter represivo. Un
        ejemplo de este tipo de novelas es Snow
        Crash (1992)
        de Neal
        Stephenson, Traición (2005)
        del autor estadounidense Scott
        Westerfeld o La
        chica mecánica del
        escritor Paolo
        Bacigalupi. Dentro de la ficción
        española, tiene ambiente retrofuturista y diatópico
        La ciudad del Gran Rey de Oscar Esquivias.
        
        
        Otras
        distopías son presentadas como utopías en su visión superficial, pero
        a medida que los personajes se adentran en la misma descubren que el
        aparente mundo utópico mantiene ocultas características propias de las
        distopías que resultan indispensables para su funcionamiento. Estas
        distopías suelen estar pensadas para advertir sobre los riesgos de la
        manipulación mediática o política.
        
        
        Podemos
        clasificar la literatura y el cine que transcurren en sociedades distópícas
        según el papel que desempeña la sociedad distópica en sí misma: 
        
        
        Puras:
        Están basadas en complejos sistemas sociales, legales, económicos,
        culturales o políticos contra los que el protagonista lucha. Ejemplos
        de este tipo serían Nosotros,
        de Yevgueni Zamiatin, 1984 de George
        Orwell, Un
        mundo feliz de Aldous Huxley o V de vendetta de Alan Moore y David Lloyd.
        
        
        Indirectas:
        La sociedad distópica es un escenario de fondo donde se desarrolla la
        historia. La trama que se describe no parte del enfrentamiento del
        protagonista con el sistema. Por ejemplo, en la película Blade
        Runner, dirigida por Ridley Scott, se trata
        de un conflicto personal de identidad. En Ensayo sobre la ceguera se
        refleja la mezquindad, egoísmo y crueldad de las personas. En este tipo
        estarían todas las tramas postapocalípticas.
        
        
        Nayibe
        Peña Frade clasifica
        la literatura y el cine distópico que describe las sociedades de masas
        en función del tipo de dominación política a la que están sometidas:
        
        
        
        Sociedades
        polares: Formadas por una élite
        dueña de los medios de producción y una gran masa de desposeídos que
        sólo tienen la fuerza de trabajo. Ejemplos de este tipo serían Neuromante de William
        Gibson, Leyes
        de mercado de Richard
        Morgan o Mercaderes
        del espacio de Frederik
        Pohl y Cyril
        M. Kornbluth.
        
        
        Sociedades
        religiosas: en las que el
        poder es ejercido por un caudillo carismático que es proveedor y
        dominador absoluto de la sociedad. Por ejemplo Nosotros de Yevgueni
        Zamiatin y Los
        Amantes de Philip
        José Farmer.
        
        
        Sociedades
        aparentemente dominadas por la ciencia:
        Garantizan la estabilidad eliminando el conflicto ya sea por el absoluto
        bienestar o gracias a la manipulación psíquica de sus habitantes.
        Ejemplos: Un
        mundo feliz de Aldous Huxley, El fugitivo de Stephen King, La larga marcha también
        de Stephen
        King y
        la trilogía The Matrix de
        los hermanos Wachowski.
        
        
        Cuando
        el destino nos alcance (Título
        original en inglés
        Soylent Green)
        es una película estadounidense de 1973,
        dirigida por Richard
        Fleischer, protagonizada por Charlton
        Heston, Edward
        G. Robinson y Leigh
        Taylor-Young en los
        papeles principales y basada en la novela ¡Hagan
        sitio!, ¡hagan sitio! (Título original en
        inglés Make Room! Make Room! es una novela de ciencia
        ficción de 1966 escrita por Harry Harrison que
        explora las consecuencias sociales del crecimiento irrefrenado de la
        población)
        
        
        La
        trama transcurre en el año 2022, en un futuro diatópico,
        la ciudad de Nueva York está
        habitada por más de 40 millones de personas, físicamente separados en
        una pequeña élite que mantiene el control político y económico, con
        acceso a ciertos lujos como verduras y carne, y una mayoría hacinada en
        calles y edificios donde malvive con agua en garrafas, y dos variedades
        de un producto comestible: soylent
        rojo y soylent
        amarillo, que son la única fuente de alimentación, ya que la
        producción de alimentos naturales se ha extinguido por el efecto
        invernadero. La compañía Soylent es
        una empresa que fabrica y provee alimentos procesados de concentrados
        vegetales. Soylent
        verde es el nuevo
        producto alimenticio sacado al mercado, basado en plancton,
        según la publicidad de la empresa.
        
        
        Robert
        Thorn (Charlton Heston) es un policía de la ciudad, vive con su amigo
        "Sol" Roth (Edward G. Robinson), un anciano ex profesor que sólo
        rememora el pasado, cuando el planeta era más habitable y existía
        suficiente alimento para todos. Sin embargo, Thorn, que ha vivido casi
        toda su vida en la catástrofe ecológica, no se muestra interesado en
        estas historias, las cuales encuentra difíciles de creer.
        
        
        Thorn
        se ve involucrado en la investigación del asesinato de
        uno de los principales accionistas de la compañía Soylent,
        William R. Simonson (Joseph Cotten), que ha sido encontrado muerto en su
        departamento. Decide hacer una visita al lugar y encuentra el cadáver
        en un charco de sangre, con múltiples golpes en la cabeza. Recorre el
        lugar y se encuentra con cosas que nunca había visto antes, como un refrigerador con
        alimentos; licores, una ducha con agua caliente y jabón, y una
        biblioteca. Más tarde llegan la concubina de
        Simonson, Shirl (Leigh Taylor-Young), hermosa joven de 21 años, llamada
        eufemísticamente parte
        del mobiliario, y el guardaespaldas de Simonson, Tab Fielding (Chuck
        Connors). Al ser interrogado, Fielding dice que Simonson le había
        ordenado acompañar a Shirl de compras, y que por esa razón no estaba
        en el departamento en el momento del asesinato. Thorn los deja ir, para
        luego recoger algo de comida y un par de libros, antes de regresar a su
        propio departamento.
        
        
        Sol
        Roth decide dar fin a su vida en un sitio llamado El
        Hogar, el cual recrea el mundo como era en su época de juventud,
        mientras agoniza, y sólo acierta a decirle a Thorn que siga su cuerpo
        como pista antes de desaparecer. El seguimiento de su cadáver ofrece a
        Thorn el destino real de todos los cuerpos humanos, que no es otro que
        acabar procesados como Soylent verde para ser parte de dicho preparado
        alimenticio. El final de la película sólo evidencia esa situación sin
        poder ofrecer ninguna solución a lo que ya se ha generado.
        
        
        Durante
        la guerra fría y
        con el auge del comunismo en
        los países asiáticos, en la década de 1960 y hasta 1980 se extendió
        en Estados Unidos la obsesión por el peligro de un crecimiento
        amenazador de la población en esos países y en general la amenaza de
        la sobrepoblación.
        Tanto el libro Make
        Room! Make Room!, de Harry Harrison, como la película Soylent
        Green son creaciones
        de ficción construidas sobre este fenómeno.
        
        
        El Soylent
        Green se
        menciona en varias series de televisión, tanto para conseguir un efecto
        dramático como cómico. Por ejemplo, en la serie de dibujos
        animados Futurama, ambientada en el año 3000,
        se hace referencia en varios capítulos a diversos productos
        alimenticios a base de "soylent", como la "soylent
        cola", (cuyo sabor, según Leela, "depende
        de la persona") y en el
        capítulo "Un cocinero con un 30% de hierro", en la competición
        entre Elzar y Bender,
        es el alimento base para todos los platos. Según el locutor, el Soylent
        Green es "el alimento básico de la cocina de gourmet". También
        existen referencias a esta película en otra serie de Matt
        Groening, Los
        Simpson, como por ejemplo en
        el capítulo Bart
        to the Future, donde Homer ofrece a Bart un bocadillo Soylent Green y
        Ralph Wiggum pregunta "¿no están hechos con humanos?" o en
        el episodio Itchy
        & Scratchy: The Movie, en el cual Homer Simpson dice: "Mmmm...
        soylent green", además del episodio en el que el abuelo Simpson
        intenta suicidarse en el Die-Pod, donde se parodia la muerte del
        detective que descubre el secreto del Soylent. En uno de los capítulos
        de la serie Tropiezos
        estelares hay
        también una pequeña reseña, en El Listo, personaje protagonista del cómic
        homónimo de Xavier
        Ágeda en
        la viñeta 842 titulada "Cuando el destino nos alcance"
        publicada en http://listocomics.com/,
        en
        el juego Xenogears, de PSX
        se menciona, en la canción Soylent
        Green de Wumpscut (Music
        for a Slauthering Tribe 2) se hace referencia como carne humana, en la
        serie de tv Millennium,
        el personaje principal Frank Black, para acceder a su computadora, tiene
        que pronunciar la frase: "Las galletas verdes son de humano.",
        en el videojuego Left 4
        Dead 2, en la campaña "Defunción", al terminar la campaña y
        marcharse del lugar, en uno de los diálogos Zoey dice: "Adiós, el
        Soylent Verde está hecho de humanos.", en el apocalíptico
        cortometraje español Fuego
        en los radios de Cinesín,
        el anunciante patrocinador es Soylent Green, en la canción 'Chiron Beta
        Prime' de Jonathan Coulton se hace referencia como ingrediente para una
        tarta, en la canción Soylent
        Green de Iced
        Earth, en la película El
        Atlas de las Nubes, un personaje hace referencia a que el Soylent Green
        está hecho de humanos.