El significado de mi nombre Simbelmynë: 
      NOMEOLVIDES
      "Si tú te atreves por mi vida que te 
      sigo… Si tú me olvidas te prometo que te olvido”.
      La pequeña y modesta flor “Nomeolvides” 
      tiene cinco pétalos y su centro pareciera un pentagrama resplandeciente de 
      colores blanco y amarillo; generalmente es azul claro o blanco y crece en 
      grupos, dado que sus semillas pequeñitas son dispersadas por el viento en 
      los terrenos grandes.
      Sumamente delicadas, sólo contemplarla 
      embriaga la vista, alegra el corazón y son como gotitas de cielo azul en 
      las que brilla el punto amarillo de su filiación con el astro solar.
      Dice una leyenda de origen europeo que 
      un joven se ahogó en un río después de haber cortado esa flor para su 
      enamorada. Y como sus últimas palabras fueron “no me olvides”, la flor es 
      símbolo del amor desesperado. Quizá por eso los estudiosos del apasionante 
      tema Flores de Bach; la utilizan para tratar la impaciencia.
      Otra leyenda cuenta que esta bella flor 
      nació así: Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y color a todas las 
      flores, no obstante una pequeña flor le suplicaba: ¡No me olvides! ¡No me 
      olvides! pero como su voz era tan fina, Dios no alcanzaba a oírla, una vez 
      que el creador finalizó toda su obra, pudo percatarse de esa pequeña flor, 
      pero los nombres estaban dados, así que Dios le dijo: No tengo nombre para 
      ti, pero te llamarás no me olvides. Y por colores te daré el azul del 
      cielo y el rojo de la sangre.
      Además le dijo que serviría para 
      acompañar a los muertos y para consolar a los vivos.
      Es una flor que tiene mucho de historia 
      como que durante la persecución y prohibición de la Francmasonería por el 
      régimen nazi, los masones continuaron reuniéndose y celebrando sus 
      rituales en secreto.
      La escuadra y el compás no eran un buen 
      símbolo para usar en aquel entonces. Así que, para poder reconocerse entre 
      ellos, la pequeña flor azul “No me Olvides” (Blue Forget Me Not) fue 
      elegida como emblema masónico.
      Además tiene otra hermosa leyenda de 
      tradición islámica que cuenta que ante el portal de Paraíso había un angel 
      llorando, etérea criatura a la que Allah habia expulsado porque se había 
      enamorado de una mortal. Llamándolo aparte, Allah le dijo que lo 
      perdonaría si plantaba "nomeolvides" por todo el mundo. cuando el angel 
      explicó a su amada la condición que le habían impuesto, ella, valiente y 
      decidida, prometió ayudarle en la siembra. Tal espíritu de sacrificio 
      conmovió a Allah y de esta manera les concedió la inmortalidad a ambos. 
      Angel y mujer volvieron entonces al Paraíso sabiendo que su amorosa y 
      doble huella en la botánica no sería jamás olvidada.
      Por todo esto, en el significado de las 
      flores, la "Nomeolvides" simboliza la amistad y el amor eternos.
      Fuente:
      
      https://plus.google.com/+IsabelSolanaRubio/posts/aKEd9GyZiss
       
      
      El simbolismo masónico de la flor no me olvides
      
      
      
      En la masonería simbólica existen 
      un gran número de elementos a estudiar y la mayoría de ellos con un 
      significado oculto de gran utilidad para la vida diaria, algunos con un 
      simbolismo masónico hermoso pero al mismo tiempo peligroso, tal es el caso 
      de la flor "no me olvides", una pequeña planta que representa la 
      lucha de la masonería en el mundo, que va más allá de las fronteras y 
      que hasta nuestros días posee una enorme importancia en el proceso de 
      instrucción de los aprendices en logias de todo el mundo. Por esto el día 
      de hoy en El Blog del Masón les traemos el siguiente artículo sobre 
      el simbolismo masónico de la flor no me olvides, esperamos que sea 
      de su agradado. 
      Nos encontramos en una época dorada, un 
      momento donde las ideas fluyen libremente y la luz del entendimiento logra 
      iluminar a aquel curioso que como nosotros, busca la verdad. Suena 
      utópico, ¿no? Pareciera un sueño y nada más, pero lo cierto es que nuestro 
      tiempo podría ser el más libre de los tiempos, la edad de la información. 
      El trabajo que a continuación someto a su criterio está ubicado en un 
      momento histórico que nada tiene que ver con el actual. Espero que logre 
      despertar en vosotros un momento de reflexión interior para valorar lo que 
      hoy en día conocemos como masonería, pero sobre todo, lo que 
      entendemos por libertad.
      En un templo masónico, nos 
      encontramos rodeados de lo que parecieran mitos y leyendas, trabajamos con 
      símbolos masones y con alegorías de gran significado moral, pero 
      existe una historia que parece insignificante como la protagonista de 
      ella. Se trata de la historia de una flor, una pequeña y discreta flor 
      azul llamada “No me Olvides” esta historia comprende dos vertientes 
      míticas y una más que resulta conmovedora e inspiradora, pero muy real. Me 
      gustaría comenzar por las dos versiones, la primera cuenta lo siguiente:
      
      
      ¿Qué es la flor no me olvides?
      
      La flor "no me olvides" o miosota, es 
      una pequeña flor azul, con un poco de color rojo y cuenta la leyenda que 
      nació así: Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y color a todas las 
      flores, no obstante una pequeña florecilla le suplicaba: ¡No me olvides!, 
      ¡No me olvides!, pero como su voz era tan fina, Dios no alcanzaba a oírla, 
      una vez que el creador finalizó toda su obra, pudo percatarse de esa 
      pequeña voz, pero ya todos los nombres estaban dados, así que Dios le 
      dijo: No tengo nombre para ti, pero te llamaras "no me olvides". Y por 
      colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre. Además le dijo 
      que serviría para acompañar a los muertos y para consolar a los vivos.
      
      
      El significado de la flor no me olvides
      
      Respecto de la segunda historia, es más 
      una historia de amor que dice lo siguiente: Una antigua leyenda alemana 
      dice que dos enamorados iban paseando por las orillas del Danubio cuando 
      la joven vio en el agua que flotaba una flor, le pidió a su enamorado que 
      se la llevara. El joven se lanzó al agua, recogió la flor pero se hundió 
      en el agua ahogándose por el peso de su armadura. Antes de morir le tiró 
      la flor a su amada gritándole “Vergiß mich nicht” (No me olvides). Después 
      de dos conmovedoras historias continúo con la versión real y que tiene que 
      ver con nuestra fraternidad. 
      La Gran Logia Zur Sonne en el Gran 
      Oriente de Alemania acostumbraba mandar fabricar un pin para sus reuniones 
      anuales y obsequiaba uno a cada asistente a manera de recuerdo de la 
      reunión. Los fabricados para la reunión de Bremen en 1926 representaban la 
      flor No me Olvides y fueron manufacturados en una fábrica alemana en la 
      ciudad de Selb. En 1934 los Nazis inventaron la Winterhilfswerk (Colecta 
      de Invierno) que consistía en recolectar dinero en las calles durante 
      ciertas semanas del invierno. El dinero se destinaba a la fabricación de 
      armamento.
      Cada invierno se diseñaba distintos 
      pines que eran usados sólo durante el tiempo de recolección para 
      identificar a quienes habían contribuido. Por una extraordinaria 
      coincidencia, el pin usado por los Nazis para la colecta del invierno de 
      1938 fue la misma No me Olvides escogida por los Masones en 1926 y 
      fue fabricada en la misma factoría de Selb. Sin duda, los Masones que 
      la habían usado en Bremen en 1926 estuvieron contentos de volver a lucirla 
      12 años después. Pero no cabe duda de que desconocían los objetivos reales 
      del partido Nacional y la importancia que cobraría esta pequeña flor en 
      fechas futuras. Ahora bien, como todos los presentes saben la Segunda 
      Guerra Mundial, escenario de atroces crímenes contra la humanidad, tuvo 
      lugar entre los años 1939 a 1945. En este periodo de tiempo se dieron 
      eventos desastrosos para la libertad, así como persecuciones y genocidios 
      a grupos que desagradaron al régimen Nazi durante el Holocausto, uno de 
      ellos fue la masonería.  
      Los masones que vivieron durante 
      el Tercer Reich, ya sea del lado Nazi o del lado Aliado, evidentemente se 
      tuvieron que enfrentar a los horrores de la guerra como cualquier humano 
      de aquella época y aunado a ello, el hecho de que no les era posible 
      celebrar sus tenidas con libertad. Así adoptaron aquel viejo pin como 
      forma de identificación como masones, pues la escuadra y el 
      compás, imágenes masónicas o un saludo masón, 
      eran un peligro latente para sus portadores, incluyendo entre ellos masones de 
      toda creencia religiosa, si saben a lo que me refiero.
      Fueron tiempos difíciles en los que la 
      oscuridad se apoderó de la humanidad y los pequeños destellos de luz eran 
      los que mantenían a flote la esperanza no sólo de los masones, sino 
      de la humanidad. Al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Gran 
      Maestro Vogel instaló una nueva Logia en Selb en 1948, recordó la anécdota 
      del pin “No me Olvides” y como la fábrica y los moldes aún existían, Vogel 
      encargó una gran cantidad de esos pines, que distribuiría después como 
      señal de fraternidad en donde quiera que fuese a visitas oficiales. A 
      partir de esta fecha, en Alemania se acostumbra que en las ceremonias de 
      iniciación, a los masones de algunas Logias en aquel Oriente se le 
      entrega al recién iniciado un pin de la flor como conmemoración de 
      aquellos valientes masones durante la guerra.
      Hoy en día es común ver estos pines como 
      parte de la cultura masónica del mundo, incluso se encuentran 
      representados en la joyería masónica de todo tipo, desde 
      aretes hasta anillos masónicos por un buen precio en la red, 
      estos elementos son de gran significado para los que conocen esta 
      florecilla y les resulta más discreto que ir por la calle haciendo saludos masónicos o 
      portando una escuadra y un compás en la calle. 
      Se trata de una historia de superación 
      ante la adversidad y de que cuando se quiere se puede, debe ser un ejemplo 
      de que los problemas que podamos enfrentar como individuos o como Logia masónica no 
      nos deben alejar o separar, al contrario, debe ser un motivo de unión 
      entre todos nosotros, dejar de lado cuestiones personales y ver por el 
      interés superior de todos los aquí reunidos. El recordar que han existido 
      tiempos peores que los que vivimos como sociedad y que aún en tales 
      circunstancias, la fraternidad prevalece. Formar parte de una logia es ser 
      uno más que contribuye en nuestra obra, es interesante dar a conocer estas 
      historias de una fraternidad que no se rinde y que siempre sale avante, 
      descubrir quiénes son los masones desde distintas perspectivas, una 
      de ellas ésta.
      
      Fuente: 
      https://elblogdelmason.blogspot.com/2016/08/flor-no-me-olvides.html
       
      
      La flor "No me olvides o Miosotis", tan 
      sencilla con un nombre tan sugerente, es conocida como la flor del amor 
      desesperado y de los amores eternos y tormentosos. Es originaria de Nueva 
      Zelanda, su cultivo se ha extendido por Europa, Asia y América.  Su 
      nombre científico es Myosotis Sylvatica, por eso tambien es conocida como 
      Myosotis.
      Existe otra leyenda de origen persa, que 
      cuenta la historia de un ángel que un día se enamora perdidamente de una 
      hermosa mujer. Las reglas del Paraíso prohibían rotundamente tal 
      comportamiento, razón por la cual el ángel fue expulsado, no sin antes ser 
      condenado a sembrar miosotis por toda la tierra. Al acabar con su labor, 
      subió de nuevo al cielo en compañía de su amada. Al florecer los miosotis, 
      el azul del cielo tiñó las hojas de la planta dándole su color 
      característico.
      Hace mucho tiempo, en una comarca 
      pastoril, vivía un matrimonio que llevaba feliz su vida en medio de las 
      labores del campo. Una vez el hombre salió a buscar agua y al pasar cerca 
      a una fuente, escuchó una melodía que llamó su atención, al darse cuenta 
      que una bella mujer era la dueña de la misma, quedó prendado. Las salidas 
      con el pretexto de buscar agua se hicieron cada vez más frecuentes. En 
      cierta ocasión, la consorte siguió a su esposo y sorprendió a los amantes. 
      La engañada esposa, se alejó para siempre, no sin antes lanzar una 
      intrigante maldición: "Tendrán hijos, pero si llegasen a amar a uno por 
      encima de los otros, ese ha de morir sin remedio".
      Al pasar el tiempo la pareja tuvo cinco 
      hijos; eran prósperos y felices. Al pasar el tiempo y no ver cumplida la 
      maldición, se olvidaron poco a poco de la misma. Un día de celebración, 
      cada uno de los hijos debía llevar a sus padres un regalo. Una de las 
      hijas, les llevó un poema: era una linda niña rubia de ojos azules. Al 
      sentir los padres que la querían más que a los otros, se desplomó diciendo 
      "No me olviden". Un día al visitar la tumba de la pequeña, los padres la 
      encontraron llena de pequeñas hojas azules como los ojos de la niña. 
      Entonces decidieron esparcir por todo el mundo la flor en memoria de su 
      pequeña hija muerta.
      
      Nombre científico: Myosotis
      
      Familia: 
      Borragináceas; el nombre genérico deriva de vocablos griegos que 
      significan "oreja de rata", refiriéndose a la forma de las hojas de esta 
      planta.
      
      Origen: El 
      género comprende unas cincuenta especies distribuidas por las regiones 
      templadas de Europa y Australia.
      
      Descripción: 
      Planta perenne o anual con pequeñas hojas, séseles las caulinares, 
      brevemente pecioladas las restantes, de color verde intenso, unas veces 
      oblongas, espatuladas o lanceoladas, frecuentemente recubiertas por una 
      tupida pelusilla, a veces híspida; flores pequeñas, pentámeras, reunidas 
      en racimos terminales de color celeste, azul, rosa claro o blanco.
      
      Época de floración: 
      Primavera - Verano
      
      Utilización: 
      Para orlas, bancales, rocallas; también como planta de balcón que se la 
      mantiene en maceta.
      
      Plantación: La 
      planta nacida de semilla se implanta en otoño y florece en la primavera 
      siguiente.
      
      Multiplicación: 
      Por semilla en verano
      
      Ambiente: 
      Semisombra
      
      Terreno: 
      Fresco y rico en sustancias orgánicas, al que se añade un poco de turba
      
      Humedad: Riego 
      regular, pero frecuente; en los períodos de máximo calor debe regarse 
      diariamente.
      
      Fuente:
      
      https://www.laguiadeplantas.com/miosotis-no-me-olvides/